¡Hola viajeros! Nuestra experiencia de hoy es Castilla la Mancha. Para ello nos hemos trasladado a una de las ciudades con más encanto de nuestro país. Toledo, la ciudad en la que puedes visitar hasta tres culturas en el mismo día.

Cuando llegas a la estación de tren de Toledo ya quedas sorprendido de la maravilla. La ciudad continua amurallada y queda así separada la zona del casco antigua y la zona moderna.

Una vez que llegas al casco histórico, no vas a poder dejar de pasear por sus calles y de descubrir todo aquellos que hay sobre los adoquines. Toledo te hace transportarte a otro sitio, a otro siglo y otra época.

Hay lugares de Toledo que no habrás de pasarlos por alto la Casa Consistorial, la Puerta Nueva de Bisagra, El Alcázar, el Puente de Alcántara y la Estación Ferroviaria.

Pero sin lugar a dudas, uno de los lugares de esta ciudad que no nos podemos perder es el Mirador del Valle. Allí sentirás que el tiempo se ha parado por un momento y en vez de estar mirando unas vistas lo estás haciendo en una postal.

Es un precioso paseo que dura alrededor de una hora y que recorre toda la parte exterior de Toledo justo al cruzar el rio Tajo. Una vez que terminas esta ruta. Cruzarás el Puente Alcántara. Allí te sentirás como algunos de nuestros antepasados convencido de querer conquistar esta ciudad, pero, trasladándolo a la actualidad, a través de este puente querrás conocer todo lo que detrás de esa muralla esconde.

Como dijo Ortega y Gasset: ”Hace algunos años tuve ocasión de recibir con breve intervalo, tras de la impresión de Sevilla, la que causa Toledo. ¡Qué diferencia entre la ciudad ancha y el encrespamiento urbano de Toledo! Es aquella una población abierta y asequible; en Toledo, por el contrario, áspero y hermético, más bien que entrar tenemos que insinuarnos. Y al hallarnos dentro del recinto mágico nos sorprende el acierto con que la arquitectura ha obedecido la razón topográfica del más ilustre cerro manchego, siguiendo palmo a palmo los relieves del suelo”.

¡Nos leemos pronto!