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¡Hola viajeros!

Hoy os traemos a Cantabria. Una de las comunidades más bonitas de España. Para empezar, no podemos dejar de visitar la capital, Santander. La ciudad abrazada por el Mar Cantábrico. En Santander se pueden hacer miles de cosas, pero si hay algo que es obligatorio, es pasear desde e puerto hasta el Palacio de la Magdalena. En ese recorrido se pueden disfrutar de unas vistas inmejorables.

El Palacio de la Magdalena “es uno de los resaltes topográficos del entorno de la Bahía de Santander, el estuario más grande de Cantabria. El acceso a la Península, si no se hace por mar o por las playas que dan a la Bahía, se produce habitualmente por la Avenida de Reina Victoria y calle Juan de Borbón, que dan acceso directo a la entrada del parque municipal, situado al oeste de la Península, en su parte más estrecha. La entrada al recinto es libre, en horario de 8 a 22 horas, y no se puede hacer en coche, a no ser que se disponga de autorización expresa. Varios caminos pedestres atraviesan el lugar, que es muy accesible, aunque hay que tener cuidado con las zonas de acantilado. Desde la Península hay acceso a las playas de La Magdalena y Bikini. El camino más transitado es la calzada que circunda la Península, que ofrece magníficas perspectivas costeras.”

Una vez allí, debemos visitar todos y cada uno de sus rincones, lleno de animales a los que visitar como leones marinos o pingüinos. Un placer para todos los niños. También podemos utilizar el tobogán que nos lleva desde lo alto hasta la playa. Para pequeños y mayores.

Y aquí viene mi experiencia preferida de Cantabria. Tiene mucho que ver que sea mi pueblo de veraneo, pero os lo recomiendo al 100%. Desde el puerto de Santander parten unas lanchas que llegan a Somo. Y este es el pueblo del que quiero hablaros, SOMO. Un pequeño paraíso cada vez más famoso. El surf es lo que le hace especial y conocido. Muchísimos surfistas famosos acuden allí para disfrutar de sus olas en la maravillosa playa de 7 kilómetros de Ribamontán al Mar.

Aunque el tiempo no acompaña ni en verano, los días de sol hacen a este pueblecito mucho más especial. Sus miradores naturales en el Pinar de Arna, con vistas a la Bahía de Santander y al Palacio de la Magdalena del que antes hablábamos.

Somo también se caracteriza por sus gentes, conocidos y juventud por todos los costados. Es un pueblo en el que se conoce todo el mundo. Gentes de todas partes, mayoritariamente del País Vasco, multiplica su población en verano.

Sin duda es un pueblo diferente que hay que visitar si vamos a Cantabria. Tampoco podemos olvidarnos de Santillana del Mar, que dice ser el pueblo de las tres mentiras ya que “ni es Santa, ni es llana ni tiene mar”. Y, por supuesto, San Vicente de la Barquera. Expulsan belleza por todos los rincones.

Cantabria hay que visitarla, es un pequeño paraíso.



¡Nos leemos pronto! :)

"Un pequeño paraíso"

Uxue Caballero

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