¡Hola viajeros! Hoy os traemos una nueva experiencia en la ciudad de Madrid. Madrid es la capital de España, y uno de los destinos turísticos favoritos de los visitantes nacionales sobre todo durante un fin de semana o un puente. Además, esta ciudad tiene mucha oferta tanto cultural como de ocio. 

​

Pero durante unos días, nos hemos ido a redescubrir el Madrid de toda la vida. A salir de la Plaza Mayor y su tradicional Mercado de Navidad, de la Puerta del Sol y de todo el ajetreo de gente para alejarnos un poco del centro y volver al Madrid de hacer 30 o 40 años.

​

Y es así como nos sentimos cuando entramos en El Espejo. Un bar auténtico, de los de café con leche y churros que hacen las delicias de cualquier persona que pase por allí. Con unas vistas inmejorables a la Biblioteca Nacional. En este lugar sentirás que has retrocedido en el tiempo y no podrás dejar de mirar a tu alrededor con esas paredes llenas de espejos y esas mesas de mármol de hace mucho, mucho tiempo.

​

De la cafetería, cruzas directamente el Paseo Recoletos para adentrarte en un mar, o incluso, un océano de libros en la Biblioteca Nacional. Parada obligatoria para aquellos que aman leer y pasar un buen rato en tranquilidad. Allí te sentirás como Cervantes, Quevedo o Góngora. Como dijo Francisco Umbral: “Madrid es una excusa para contar historias”.

​

Del Madrid de los escritores de toda la vida, nos vamos a la modernidad de la mano de la gastronomía. Allí encontramos el restaurante La Maquina, un lugar gallego en el que encontrarás una gran variedad de platos. Sin lugar a dudas, tenéis que pedir su ensaladilla rusa y el pulpo a la gallega. El trato es inmejorable y la decoración es tan agradable que te hace sentir como en casa. Si vas a este emplazamiento en pleno barrio de Chamberí ,va a ser una experiencia que jamás olvidarás.

​

Pero hablando de lugares modernos y nuevos, sin ni siquiera saberlo, asistimos a la inauguración del restaurante Kilómetros de Pizza. 

Una nueva forma de comer este plato italiano, ya que es para compartir y las porciones van de medio metro en medio metro.  Nos deleitaron con un mojito de fresa que fue inmejorable y la invitación a los postres por cortesía de la casa fue, sin duda, la guinda del pastel de una velada muy agradable.

​

Tomando prestada la famosa frase De Madrid al Cielo, podemos decir, de Madrid de toda la vida a Madrid actual y Cosmopolita.

Y no hay mejor frase para terminar que una del gran Joaquín Sabina, “¿Te has parado alguna vez a ver los colores que estallan en Madrid cuando, al salir del metro en una tarde otoñal, el sol se va?”.

​

Nos leemos pronto :)